Divorcio ¿Cómo tomar la decisión?



Estos temas nunca son fáciles de tratar, sencillamente no se pueden tomar a la ligera, hay una mezcla de sentimientos, situaciones, sinsabores, hasta esperanza muy bien camuflados, en la mente, el cuerpo y el corazón. 
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Es cierto, que cada día es más común y cada día se toma dicha decisión con más contundencia que en épocas anteriores, pero igual es una decisión que marca un antes y un después en la vida de quien pasa por allí. 

Un divorcio, puede ser visto de muchas maneras: como un acuerdo, un fracaso, un alivio o en mi punto de vista como la solución a un problema. Sí, una solución, porque te sentías en un callejón sin salida y luego de esto ya puedes ver la luz en el camino. Los motivos que te pueden llevar a pensar en que llegó el momento de decir adiós a compartir el resto de tu vida con esa persona, pueden venir desde: la rabia, la traición, el dolor, el hastío, el cansancio o la madurez y es allí a donde quiero llegar. 

Todos esos sentimientos que he nombrado, pueden detonar en el divorcio, pero no es, sino hasta donde canalizas dichos sentimientos a una etapa de madurez, que se debe dar el paso final.

Hay muchas situaciones, donde no hay duda que lo mejor es poner punto y final, pues son situaciones críticas y no dan para sentarse a reflexionar mucho sobre qué hacer (violencia física o psicológica, infidelidad, mentiras graves, se acabó el amor en ambas partes, en fin cada quien tiene su caso particular).

Pero hay otras situaciones, donde es el tiempo el encargado de hacerte ver que, “lamentándolo mucho” porque no fue la idea inicial, ya todo debe terminar. Cuando tomas esta decisión desde la madurez, sales de todo el proceso bastante bien librado de lo contrario, he sabido de divorcios que se convierten en el infierno en la tierra para muchos.

Cuando tu decisión viene desde la convicción que emana de tu mente y tu corazón, el proceso se lleva de una manera bastante asimilable, prepararse para lo que será la vida el día después de romper ese lazo completamente, es fundamental, porque yo creo que la vida debe ser así, en estos casos o negra o blanca, muchas veces matices grises la complican de una forma innecesaria.

Con esto, voy al punto que como lo dice la palabra, un divorcio, es una disolución de un vínculo, ya nada te ata a esa persona, claro si hay hijos de por medio no es tan sencillo, hay que establecer pautas muy claras de convivencia, para el bien de ellos y esta misma madurez te hará llevar el proceso de la mejor manera.

Porque somos seres humanos, llegar a acuerdos a veces no es sencillo, pero al poner nuestra mejor disposición con respeto y tolerancia (sea lo que sea que haya pasado), para salir de este trago amargo sin mayor problema, te hará ver la vida tan diferente, es como un esperanzador empezar, pero con una enseñanza valiosísima. Yo recomiendo tener mucha dignidad, no es necesario pelear a morir por cosas materiales, al final nadie se lleva nada a la tumba, libérate de todo aquello que te ate, que te incomode o que te haga daño, siempre actúa en paz con dios y contigo mismo y verás que sencillo se hace todo.  Lo material se recupera, y el daño ya sea psicológico o sentimental se va curando con el tiempo, con ayuda y con ganas de tu parte, ya luego viene un despertar maravilloso, créanme en mi experiencia, el decidir salir sin complicaciones, sin problemas, sino solo el hecho de salir de ese hueco donde me encontraba, ya era para mí la fortuna más grande, ya con eso ganaba la mejor de las riquezas: mi libertad en paz. Ya luego la vida se encarga de compensarte todo, solo hay que dejarlo en manos de tu dios.

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Finalmente, al salir de este proceso tomate un tiempo para ti, para respirar, sentir paz, para disfrutarte a ti! Acuérdate que la vida sigue, pero para ti, ahora seguirá mejor, más clara y con una piedra menos para tropezar en el camino.

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