Juzgar, el que este libre de pecado, que lance la primera piedra...

 ¡Hola a todos, gracias por ser parte!

Qué tal si hablamos de una mala costumbre que muchos desarrollan, un error que nos hace la vida de cuadritos, nos saca canas verdes y nos hace mal poner a otro la mayoría de las veces, cuando este alguien generalmente es totalmente inocente, sí, hablo de JUZGAR a los demás, lo que hacen, lo que dicen, como viven, como hablan, hasta que no hacen o que no hablan, el ser humano es realmente complejo y hace las cosas más difíciles aún.

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Y lo que más llama la atención, es que la mayoría de las veces decimos “yo no juzgo a nadie” y resulta que si se hace y de forma constante, solo que como es algo ya muy común o cultural, se hace parte de la rutina y cada día se acentúa más y se hace más fácil hacerlo con una ligereza abrumadora.

Por eso, es momento de detenernos a pensar cuando vamos a emitir un juicio de valor sobre algo o alguien, si este va de la mano de nuestros mejores deseos, poniéndonos en la posición del otro para quizás entender como actuaríamos si estuviéramos en su lugar, o solo nos limitamos a decir lo que creemos que pasa sin mayor basamento o por situaciones que han sucedido anteriormente a otras personas y lo asociamos, cuando muchas veces no tienen absolutamente nada que ver.

Porque así de básicos muchas veces somos, asumimos que lo que le paso a una persona fue por un motivo similar al de otra, y resulta que nada de eso tiene sentido, creo que nunca llegamos a saber realmente la causa de una persona para ser o actuar de cierta manera, siempre me ha gustado la frase que dice: no compares tu capítulo 10 con mi introducción, y es que, en el camino pasan tantas cosas en la vida de alguien que a veces no podemos llegar ni a imaginar porque actuó de cierta manera ante algo en lo que tu hubieses actuado totalmente diferente y eso no nos da derecho a juzgar su proceder.

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Y eso no lo hace estar equivocado, solo lo hizo diferente porque bajo su punto de vista, su criterio y sus experiencias fue lo mejor que pudo decidir, creo que nadie haría nada que lo perjudicara solo porque le apetece. Entonces debemos tomarnos la vida con más calma, aceptar las cosas sobre las cuales no tenemos el control y respetar sobre todo las decisiones y acciones del otro, apoyar a las personas y siempre con una mano amiga trasmitir las mejores vibras para que todo salga bien en su vida.

Es muy apropiado para este tema citar el libro: Los Cuatro Acuerdos de Miguel Ruiz, un libro muy interesante donde se dan importantes códigos de conducta que pueden transformar inmediatamente nuestra vida en una nueva experiencia de libertad, dicha absoluta, y amor, aquí podemos ver una fuerte inclinación en sus páginas hacia el no juzgar, te dice que “no asumas nada”, es mejor preguntar ante cualquier duda o esperar, muchas veces el tiempo se encarga de explicarnos el por qué; “honra tus palabras” a veces no medimos el daño que podemos causar juzgando a otra persona; y “no te tomes nada personal”, pues al juzgar a veces sentimos que alguien hace algo para lastimarnos o molestarnos y resulta que su actitud nada tiene que ver con nosotros, solo eres tú y tu imaginación creando cuentos absurdos y generando problemas donde no los hay.

Que tu lleves una vida lo más apegada a lo socialmente establecido como correcto, no te hace quien para juzgar a otro que no ha tenido la misma suerte que tú, si así lo podemos llamar; muchas veces a las personas que más juzgamos son las más felices y es precisamente ese dejo de libertad y felicidad que irradian, lo que genera en los otros esos sentimientos no muy agradables, que como medida de reacción o defensa se centra en juzgarlo y hacerlo quedar mal ante otros, o sencillamente para justificar ante ti mismo algo que no está bien en tu vida. Esa superioridad que muestras al juzgar es terrible, y hace olvidar que la vida da muchas vueltas y es mejor callar, no sabemos que pueda tocar mañana.


Pongámonos la tarea de ver solo lo bueno del otro, ya Dios se encargará de dar juicio cuando corresponda, mientras tanto nosotros disfrutemos esta vida bella que se nos ha dado, que es tan corta y no debemos perder el tiempo en nada que no sea para el bien propio y del otro y para crear felicidad y hacer de cada uno de tus días el recuerdo más maravilloso que tendrás mañana.

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No debemos olvidar que solo nosotros somos los responsables de crear nuestro futuro, las acciones de hoy serán el resultado del mañana, hagámoslo bien, con conciencia, con buena voluntad y el que esté libre de pecado, que lance la primera piedra... al final de todo ¡Los Treinta son así!

Comentarios

  1. Hay una frase que engrana bien con este artículo : recuerda que cuando señalas a alguien con tu mano cuatro dedos apuntan hacia ti 👉🏻. Así que primero miremos nuestros errores y debilidad antes de hablar de cualquier persona 😉

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